Se convirtió en un centro de estudio, pensamiento y propuesta sobre la educación en México. Asumió el marco de referencia del derecho a la educación y se comprometió con el monitoreo permanente de su cumplimiento. De ello da cuenta el portal que permanece en la web como archivo histórico de las actividades del INEE: http://inee.edu.mx.
Sylvia Schmelkes, Vicerrectora Académica de la Universidad Iberoamericana
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) fue el primer Instituto Constitucional Autónomo en desaparecer durante la actual administración, el 15 de mayo de 2019.
Un poco de historia
Antes del año 2000, si bien existía evaluación educativa, sobre todo de aprendizaje de los alumnos, estas evaluaciones no se hacían públicas. Después de la elección de Vicente Fox, en el año 2000, de su equipo de transición surgió la propuesta de constituir un organismo autónomo dedicado a la evaluación de la educación. Aunque sin autonomía jurídica, éste surgió en el año 2002. Durante diez años centró sus esfuerzos en la evaluación del aprendizaje de los estudiantes de la educación obligatoria: preescolar, primaria y secundaria, y a la construcción y publicación de indicadores de la marcha de la educación nacional. Gozó, durante todo este tiempo, de autonomía técnica. Las reformas estructurales planteadas durante el inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto incluyeron la educativa, y ésta a su vez previó otorgarle autonomía constitucional al Instituto ya existente. Al hacerlo, amplió sus funciones de manera considerable. Ambas cosas: la autonomía constitucional y la ampliación de funciones quedaron plasmadas en el Art. 3° Constitucional publicado el 12 de febrero de 2013, el mismo día en que Elba Esther Gordillo fue detenida por acusaciones de defraudación fiscal. Esto no es una coincidencia: el hecho constituyó un golpe para el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que se debilitó y no opuso resistencia a la modificación del Art. 3° Constitucional.
Las nuevas funciones del INEE autónomo
Las funciones previstas para el Instituto transformado en autónomo fueron tres: evaluar el sistema educativo nacional en lo que corresponde a la educación obligatoria, coordinar el Sistema Nacional de Evaluación, y emitir directrices de política a las autoridades educativas.
Dos nuevas leyes reglamentaron en Art. 3° modificado: la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. También se modificó la Ley General de Educación para armonizarla con el cambio del Art. 3° y con estas dos leyes nuevas.
Al emitirse las leyes reglamentarias, en septiembre de 2013, se evidenció la importancia del papel del Instituto en la evaluación de los docentes. Si bien para cumplir su primer mandato el INEE evaluaba alumnos, escuelas, currículo y políticas educativas y construía y publicaba indicadores de desarrollo de la educación obligatoria, debido a la novedad, la complejidad y la resistencia de los docentes condujo a que la función normativa y supervisora de la evaluación docente que le correspondió al INEE acaparara la atención de la sociedad respecto de sus funciones y ocasionara que se asociara al INEE con la evaluación de los docentes.
Razones de su desprestigio entre el magisterio nacional
La evaluación de los docentes tuvo dos vertientes: la que se hizo para el ingreso y la promoción en la carrera docente y la que se llevó a cabo para evaluar su desempeño. La primera afectó al sindicato que previo a la evaluación tenía control sobre las plazas docentes. Los docentes, en cambio, la agradecieron, porque obtener una plaza o una promoción pasó a depender de su propio mérito y no de favores al Sindicato. La segunda molestó y atemorizó a los docentes, lo cual fue capitalizado por los intereses del Sindicato, que mantiene su aceitada red de comunicación con el personal docente hasta el nivel de cada escuela, para difundir la falsa información sobre que la evaluación era punitiva. En los hechos, ningún docente perdió su plaza por haber realizado su evaluación, aunque sí algunos – cerca de 400 — por no haber acudido a ella habiendo sido convocado para hacerlo. Ello también fue capitalizado por el Sindicato para reforzar el supuesto carácter punitivo de la evaluación. El INEE fue visto como el culpable de todo ello, a pesar de que quien debía por ley diseñar, operar y administrar la evaluación no era el INEE, sino las autoridades educativas federales y estatales. A éstas, como al Sindicato, no les convino aclarar la situación. El INEE tampoco lo hizo adecuadamente.
Durante la campaña presidencial de López Obrador este malestar provocado pero generalizado se le hizo saber. Como bien sabemos, el papel del magisterio en las elecciones presidenciales ha sido histórico. De ahí que desde entonces, y más claramente una vez electo, prometiera derogar “la mal llamada reforma educativa”, y al hacerlo desaparecer al culpable de la evaluación docente, el INEE. Coincidía con que era un Instituto Constitucional Autónomo, figura que disgustaba y lo sigue haciendo al Presidente. En la transición, y más claramente desde el principio de su mandato, se preparó otro cambio del Artículo 3° Constitucional que deroga la Reforma Educativa de 2013 y desaparece al INEE.
Los logros de INEE autónomo
El INEE dedicó alrededor del 15% de su esfuerzo y de su presupuesto a lo que le tocaba por ley llevar a cabo en relación a la evaluación docente. A lo largo de su historia como instituto constitucional autónomo, entre otras cosas, produjo una gran cantidad de evaluaciones y estudios. Generó indicadores sobre la marcha del sistema educativo nacional que publicó anualmente. Se responsabilizó de la evaluación nacional de los aprendizajes de estudiantes y de la participación de México en las evaluaciones internacionales de PISA, el Laboratorio Latinoamericano de Calidad de la Educción, y de la IEA sobre educación cívica. Por primera vez llevó a cabo evaluaciones representativas a nivel nacional sobre las condiciones de las escuelas y de los planteles. Coordinó el Sistema Nacional de Evaluación constituido por la autoridad educativa federal, las estatales y el INEE, y propició el desarrollo de planes estatales de evaluación educativa orientados a informar la toma de decisiones desde una perspectiva federalista. Emitió seis conjuntos de directrices de política educativa que priorizaron la equidad educativa: sobre la atención a hijos de jornaleros agrícolas migrantes y a la población indígena; sobre las escuelas multigrado; sobre formas de evitar el abandono escolar en bachillerato, sobre la formación inicial y sobre el desarrollo profesional de docentes. Se convirtió en un centro de estudio, pensamiento y propuesta sobre la educación en México. Asumió el marco de referencia del derecho a la educación y se comprometió con el monitoreo permanente de su cumplimiento. De ello da cuenta el portal que permanece en la web como archivo histórico de las actividades del INEE: http://inee.edu.mx.
Todo ello terminó con su extinción el 15 de mayo de 2019. Su extinción presagió una suerte similar de otros órganos constitucionales autónomos ahora amenazados con su desaparición.